Nuestra Santísima Madre, un lugar de refugio

BlessedMother
Nuestra Santísima Madre está siempre guiándonos hacia su Hijo. Ella no quiere nada de la gloria para sí misma, en lugar de eso, ella toma nuestras manos y nos lleva por el camino más directo hacia su Hijo. Sus últimas palabras fueron registradas en las Escrituras de las bodas de Caná, cuando dijo: “Hagan todo lo que Él les diga.” (Jn 2,5 NAB).

Nuestro Señor desea ayudarnos dándonos su propia Madre quien lo nutrió y lo sostuvo a Él como a un niño y quien luego lo abrazó en la cruz después de su último sacrificio por nosotros. Nuestra Señora siempre tiene sus brazos extendidos a sus hijos… llamándolos hacia ella y a través de su intercesión al corazón amoroso de su Hijo, Jesús.

“Antes, por tí mismo, no podías. Ahora, has acudido a Nuestra Señora, y con ella, ¡qué fácil!” (San Josemaría Escrivá)

Nuestro Señor ha elegido a Su madre como un “canal místico, su acueducto, a través del cual Él hace Sus misericordias para fluir suave y abundantemente.” (San Luis María de Montfort en el Tratado de La verdadera devoción a la Santísima Virgen)

El Catecismo de la Iglesia Católica también reconoce a “la Santísima Virgen como Madre de Dios, bajo cuya protección se acogen los fieles suplicantes en todos sus peligros y necesidades” y reconoce “la devoción a la Santísima Virgen como un elemento intrínseco al culto cristiano.” (Catecismo 971)

Si alguien teme por dar demasiado honor a María, San Luis María de Montfort dice: “No damos nunca más honor a Jesús que cuando honramos a Su Madre, y la honramos simple y exclusivamente para honrarlo perfectamente a Él. Vamos a ella sólo como un camino que conduce a la meta que buscamos – Jesús, su Hijo.” San Maximiliano Kolbe hace eco a este sentimiento, “Nunca tengas miedo de amar a la Santísima Virgen demasiado. Nunca la podrás amar más de lo que Jesús lo hizo.”

Dibujos hechos a mano por Alina Kaufman en el año 2016.  Alina es una niña que ha sido miembro del Rosario de Niños por cinco años.